El clima influye en nuestras vidas día a día, afectando a toda la sociedad. Desde impactos directos, como las cosechas afectadas por las olas de calor, hasta efectos inesperados como la disminución en la productividad de los inspectores de seguridad alimentaria. En las últimas décadas, esto ha creado una alta demandad de servicios climáticos: herramientas que facilitan el acceso a información sobre el clima y su evolución. La Organización Meteorológica Mundial define los Servicios Climáticos como "sistemas de apoyo a la decisión basados en datos climáticos, que ayudan a individuos y organizaciones a tomar mejores decisiones a priori". Estas herramientas mejoran la toma de decisiones en múltiples sectores, como la agricultura, el transporte, la producción de energías renovables o la planificación urbana, entre muchos otros. Este aumento de demanda ha hecho que, tan solo en Europa, estos sectores inviertan más de 7000 millones de euros en servicios climáticos. ¿Qué es lo que proporcionan estos servicios y por qué son tan necesarios?
Energía: dentro de 30 años, ¿seguirán siendo productivos los aerogeneradores?
En su día día, las energías renovables dependen en su día de fenómenos meteorológicos variables: la intensidad de la radiación solar, la velocidad del viento, la cantidad de precipitación… Los parque eólicos y las granjas solares estiman diariamente la cantidad de energía que esperan producir y proporcionan estas estimaciones a los reguladores de energía, para que la red eléctrica funcione de manera estable y eficiente. Todo ellos se basa en un sistema de pujas, de manera que, si estas predicciones fallan, el generador de energía se ve penalizado. Por ello, es importante contar con predicciones precisas a corto plazo, como las que ofrecemos en Predictia gracias al modelo WRF.
Sin embargo, ¿qué ocurre a largo plazo? Teniendo en cuenta que los aerogeneradores tienen una vida útil de unos 20 años, una placa solar entre 20 y 30 años, o la de un embalse 50 años o más, la decisión de dónde instalar un parque eólico, una granja solar o un embalse no es trivial. La localización debe de causar el menor impacto medioambiental posible, y seguir siendo productiva en las siguientes décadas. Las proyecciones climáticas permiten, gracias a técnicas como el downscaling o el ajuste de sesgos, permiten realizar simulaciones del clima de esa localización a 100 años vista.
Además, los resultados de los modelos no se pueden usar directamente. Dependiendo del sector de la energía, habrá diferentes índices climáticos de interés:la claridad media para los generadores solares, la velocidad media del viento para generadores solares, o la precipitación y ocurrencia de años secos para la generación hidráulica. Este tipo de información es la que permite saber si la localización seguirá siendo útil (y rentable) en los próximos años.
Agricultura: cómo adaptarse a un clima cambiante
La agricultura sigue siendo una de las bases de la economía. En Europa, generó un valor añadido de 181 000 millones de € tan solo 2018, con regiones enteras que dependen de este sector. En España, para la comunidad de La Rioja la viticultura representa un 17.7% de su PIB. Solo en el sector vitícola, hay muchos esfuerzos dedicados a
Pero para poder decidir cómo adaptar los cultivos, es necesario tener una buena estimación de cómo será el clima en el futuro. Desde proyecciones a largo plazo, que permitan saber qué tipo de clima habrá en 50 años (y que guían las aplicaciones en biotecnología), a predicciones subestacionales y estacionales (que cubren el periodo de dentro de 2 semanas a los 2 meses), que permiten a los agricultores prepararse para el futuro cercano. Estos servicios cubren el hueco que existe actualmente entre predicciones meteorológicas y predicciones climáticas y permiten a los granjeros, las compañías aseguradoras y otros inversores tomar decisiones basadas en datos para proteger su negocio. En este sentido, proyectos como EUPORIAS, del cual formamos parte, han mejorado las predicciones climáticas en el rango de tiempo estacional y decadal.
Gestión del agua: cómo estimar los riesgos
Ciudades enteras como Venecia, amenazadas por el creciente nivel de las aguas, que ponen en riesgo siglos de historia. Inundaciones como las de agosto de 2002, que impactaron a 9 países de Europa Central. Más de 153 millones de ciudadanos europeos quedarán expuestos a sequías anualmente, según estimaciones de la Comisión Europea.
Los servicios climáticos cubren diferentes frentes de la gestión del agua. Desde permitir desarrollar medidas de mitigación y prevención frente a sequías, a mapas de riesgo de inundación que permitan una planificación urbana y sociedades maś resilientes. Además, para aquellos sectores que trabajen en la reducción de riesgo de desastres, los servicios climáticos ofrecen también el análisis de datos climáticos históricos, que ayudan a los servicios de emergencia a mejorar su respuesta frente a fenómenos extremos. Las aplicaciones de estos datos son innumerables y dependen de la localización y el evento meteorológico concreto (inundaciones, sequías, nivel de precipitación...), porque lo que deben de ser desarrollados de forma específica para cada caso.
Gestión forestal: la naturaleza, aliada frente al cambio climático
En Europa, dos tercios de los bosques se concentran en 6 países: Suecia, Finlandia, España, Francia, Alemania y Polonia. Algunos de estos países tienen algunos de los índices de exposición al cambio climático más elevados de la UE. A la hora de reducir el nivel de exposición, los bosques (y su gestión) juegan un papel importante en los esfuerzos de mitigación y adaptación. Regulan ecosistemas, protegen la biodiversidad y son un parte esencial del ciclo de carbono. Además, en su aspecto puramente económico, su gestión puede suponer un modelo de crecimiento sostenible que contribuya a la economía verde.
Esta gestión debe estar basada en datos, proyecciones climáticas que permitan estimar el impacto de las sequías, o ayuden a diseñar estrategias verdes que aprovechen los bosques para mitigar los efectos del cambio climático.
Estos son tan solo algunos ejemplos de cómo los servicios climáticos están contribuyendo a diferentes sectores. Si necesitas datos climáticos, contacta con nosotros: estaremos encantados de atenderte para escuchar qué necesitas y desarrollar una solución a medida, como ya hemos hecho antes para empresas como Iberdrola, EDP, instituciones públicas como FAO o el Gobierno de Cantabria, e institutos de investigación como el IHCantabria